Por: Ismael Francisco
El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí, a las 16:19 horas locales en una tarde nublada y lluviosa en La Habana, después de dos horas y media de vuelo desde Washington.
Fue recibido al pie de la escalerilla por el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, y también, Josefina Vidal, la directora general de Estados Unidos, en el Ministerio de Exteriores, entre otros funcionarios cubanos y estadounidenses acreditados acá.
La visita del gobernante a Cuba es la primera de un mandatario de EE.UU. en casi 90 años, después que Calvin Coolidge asistiera a la Sexta Conferencia Anual Internacional de Estados Americanos, celebrada en La Habana en enero de 1928 bajo los auspicios del dictador Gerardo Machado.
El avión Air Force One despegó desde la Base Andrews de la Fuerza Aérea, a las afueras de Washington, a las 13:30 pm, hora local (la misma en Cuba), según The New York Times. En el Boeing 747-200 viaja además de la comitiva oficial, la esposa del mandatario Michelle, sus hijas Sasha y Malia, y su suegra, Marian Robinson.
De acuerdo con el programa, del aeropuerto habanero situado en la avenida Rancho Boyeros parte a un encuentro con los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, y posteriormente hará un recorrido por el centro histórico de la capital, un área patrimonial y uno de los proyectos de restauración y de mejoramiento de la calidad de vida de la población más exitosos de la isla.
De acuerdo con declaraciones de la Casa Blanca, confirmado por el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, el Presidente estadounidense sostendrá el lunes un encuentro oficial con el líder cubano Raúl Castro en el histórico Palacio de la Revolución, después de lo cual los dos harán declaraciones a los medios de comunicación.
En la tarde, Obama participará en el Foro de Negocios Cuba-EEUU con líderes empresariales de ambos países, y en la noche asistirá a una cena de Estado en el Palacio de la Revolución. El martes dará un discurso en el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, y antes de partir a Buenos Aires para continuar su gira latinoamericana, asistirá un juego de exhibición entre una selección del equipo nacional de béisbol y el Tampa Bay Rays.
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Crónicas de una visita (I)
Por Javier Salado (de nuestra corresponsalía en Cuba)
EL DIA D MENOS 1
La llegada del “visitante” como le han denominado los jóvenes cubanos de la calle al presidente de Estados Unidos Barak Obama, está programada para la tarde de mañana domingo. Todo está listo, la prensa preparada, el recibimiento oficial organizado y anunciada la visita al casco histórico de La Habana.
Pero un día antes hay mucho más que eso. La Cuba de Fidel y de la resistencia por 57 años ha enviado claros y fuertes mensajes al gobierno norteamericano, al pueblo de Estados Unidos, a los países de América Latina y el Caribe y de otros confines, a amigos, adversarios y a quienes dudan de la capacidad del pueblo de la pequeña isla de no solo enfrentar los nuevos retos con dignidad, sino una vez más salir vencedor, ahora ante nuevos tipos de agresiones e intenciones en la línea del “soft obamense”, pero con similar objetivo: barrer de la faz del planeta los sueños de los cubanos de ser independientes y soberanos.
El primero de esos mensajes fue la declaración del gobierno cubano de respaldo y solidaridad con la Venezuela Bolivariana rechazando la renovación de la Orden Ejecutiva que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos, renovación que Cuba considera injustificada, arbitraria y agresiva a la vez que exige su eliminación.
Por si fuera poco, en conferencia de prensa, el canciller cubano Bruno Rodríguez en vísperas de la visita de Obama, ratificó que Cuba no renunciará a uno solo de sus principios, a la vez que dejó bien establecida la posición de Cuba en las negociaciones bilaterales, así como la seguridad de que el visitante será acogido con la hospitalidad característica del pueblo cubano.
Pero para ratificar la postura de Cuba, la diplomacia y la dirigencia de la isla han ejecutado una elegante y definitoria jugada política: apenas dos días antes del arribo del “visitante”, fue recibido con los máximos honores el presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, fue condecorado con la más alta distinción cubana, la Orden José Martí, firmados entre ambos países importantes acuerdos políticos, económicos y de colaboración. Cuba deja así bien definida su posición de respaldo y apoyo a Maduro y al Chavismo. Este mensaje es especialmente importante para la izquierda latinoamericana, la Revolución Cubana se modifica, perfecciona, se adapta a las nuevas circunstancias, pero sigue siendo la misma fortaleza y el mismo faro.
Mientras preparamos esta primera crónica, rodeados de periodistas de todas partes del mundo en el Centro de Prensa montado para cubrir la llegada del “visitante”, puedo escuchar los más diversos comentarios, casi todos dirigidos a encontrar al menos una pequeña concesión realizada por Cuba, esa que por más que busquen no encontraran por una simple razón: no existe.
CRONICAS DE UNA VISITA (II)
Una ciudad en tranquila espera.
Sábado en la noche, terminamos una larga jornada en el Centro de Prensa montado en el hotel Habana Libre, varios colegas de la prensa alternativa y de izquierda nos reunimos a tomar un café y caminar por las calles de esta ciudad tan tranquila siempre y hoy especialmente sosegada, al menos en apariencia y en lo que corresponde al pueblo sencillo.
Los enamorados de siempre se besan en el famoso Malecón habanero, arrullados a la luz de una luna de postal; en el bar restaurante “de los artistas” donde su mojito puede llevárselo a la mesa el galán de la telenovela cubana de moda, debaten sobre política cultural y la última obra de un afamado y controvertido escritor criollo; en la panadería cercana noctámbulos y amantes del pan acabado de hornear hacen sus compras; en fin, el pueblo cubano con su cotidianidad, seguridad de vida y buen humor esperan un acontecimiento histórico por lo inverosímil hace apenas 15 años, el presidente de Estados Unidos visita a Cuba.
Minutos más tarde, mientras atacamos con entusiasmo un delicioso arroz congrí acompañado de carne de cerdo a la plancha, plátanos verdes “chatinos” y una lasaña de berenjena con sabor a manjar de dioses, la conversación derivó al evidente contraste existente entre el nerviosismo, tensión y medidas adoptadas por el Servicio Secreto norteamericano- con unos calculados 1 200 agentes en la ciudad- y la realidad del país y de esta apacible ciudad. “De verdad ellos creen están en territorio hostil, o es que ven demasiadas series de TV al estilo 24 horas” nos dice un colega libanés. “No conocen de verdad a Cuba, se creen todas las mentiras que vienen diciendo y publicando en estos 57 años” ratifica un querido fotógrafo uruguayo. “Bueno, allá ellos, ya los veremos regresar como turistas para disfrutar de nuestras playas, fumar habanos y poder caminar por la madrugada con el único peligro de pescar un resfriado”, acotó un jovencísimo periodista cubano.
Y así es en realidad, el pueblo sigue con sus actividades normales, mientras se informa de la visita y con la experiencia de muchos años de enfrentamiento, la natural hospitalidad del cubano que se muestra cauteloso de lo que podrá representar en la práctica esta visita. “Bienvenido, le brindamos una tacita de café, le escuchamos y ojalá aprenda sobre Cuba y los cubanos, mientras tanto miramos sonrientes y a la espera de que hace y hará; ellos mismos nos han obligado a dudar de su honestidad y honradez. Mientras, no confío ni tantico así en el imperialismo”. Le aseguró a Resumen Latinoamericano una veterana combatiente, profesora y doctora en sicología.
CRONICAS DE LA VISITA (III)
Día D Hora 0
El presidente de los Estados Unidos de América, Barak Obama llegó a Cuba. Ya es una realidad, dejó de ser un anuncio. Fue recibido por el canciller Bruno Rodriguez Padilla, la directora general de América del Norte del Minrex cubano, Josefina Vidal y otros funcionarios incluyendo representantes de la embajada norteamericana en La Habana.
De inmediato se dirigió a un paseo por la Habana Colonial, o Habana Vieja como es conocida, que presumiblemente sea corto por la pertinaz lluvia que apareció junto al Air Force One. Ahora comienza un apretado plan de visita.
La prensa acreditada comenzó a cuestionarse porque no fue recibido por el presidente Raúl Castro. La respuesta es muy sencilla, el protocolo cubano establece que a la llegada en el aeropuerto de un mandatario extranjero, acude a recibirlo un viceministro de relaciones exteriores o un ministro, principalmente el canciller o un vicepresidente. Sólo en muy pocas ocasiones y sobre todo en el caso de dignatarios especialmente cercanos a la Revolución es recibido por el presidente cubano o uno de sus vicepresidentes. Tal fue el caso de la bienvenida al presidente venezolano Nicolás Maduro hace pocas horas.
Cuba organizó un excelente recibimiento, respetuoso y amistoso, sin fanfarrias ni oropeles. Al presidente estadounidense se le vio animoso y cordial con los representantes cubanos. El mejor de los escenarios posibles es que mantenga esa buena voluntad en las conversaciones oficiales y se olvide de la fuerza económica, el tamaño y el poder militar del país que dirige, manteniendo una posición respetuosa, de igual a igual, de un país vecino a otro con intereses comunes pero una muy conflictiva historia común.
Barak Obama es un hombre inteligente, y sabe perfectamente que el cambio de la política hacia Cuba y lo que eso significa para América Latina, ha sido uno de sus principales éxitos en sus dos mandatos. Por eso mismo, debe saber que en Cuba encontrará respeto, pero se le exigirá en esa misma medida. Todos confiamos en que esta visita ayude a mejorar el antagonismo existente. Pero nadie se llame a engaño, en nuestra opinión, habrá mejoría en las relaciones bilaterales si todo transcurre sobre el carril del respeto y la soberanía, pero nunca existirán relaciones normales por dos razones: una son muy recientes y muy profundas las heridas en la memoria y en la vida de los cubanos causadas por las agresiones y violencia recibidas por parte de EEUU; y dos, sencillamente Estados Unidos no tiene relaciones normales con ningún país del mundo, ni siquiera sus más cercanos aliados.
Desde La Habana, para RESUMEN LATINOAMERICANO
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Declaración de los CDR sobre la visita a Cuba del Presidente Barack Obama
Los Comités de Defensa de la Revolución, asumen con respeto y hospitalidad la visita a Cuba del Presidente norteamericano Barack Obama
Por Secretariado Ejecutivo Nacional de los CDR | internet@granma.cu
19 de marzo de 2016
Los Comités de Defensa de la Revolución, nacidos el 28 de septiembre de 1960 como respuesta del pueblo cubano al terrorismo de Estado promovido desde entonces por el gobierno de Estados Unidos contra la Isla, asumen con respeto y hospitalidad la visita a Cuba del Presidente norteamericano Barack Obama.
Al agrupar en su seno, de forma voluntaria, a más de ocho millones de compatriotas, el 91 % de la población mayor de 14 años, somos dentro de la sociedad civil cubana la organización más masiva, eje de solidaridad, cooperación y ayuda mutua entre vecinos, es decir fomentamos la unidad del barrio, de mujeres, hombres, ancianos, estudiantes, trabajadores, campesinos, profesionales, intelectuales, jubilados o amas de casa, sin distinguir sexo, raza o religión.
Estamos estructurados en todo el país, y los CDR se constituyen partiendo del lugar de residencia, en las ciudades por cuadras o edificios multifamiliares y en el campo a partir de viviendas (caseríos, bateyes). Hoy contamos con alrededor de 136 000 CDR, y los dirigentes de base asumen esta responsabilidad de forma totalmente voluntaria.
Vale destacar que como parte de su fortalecimiento, hoy se prioriza la participación de los jóvenes en las tareas de la organización, con lo cual le impregnan frescura y espíritu renovador a cuantas misiones les sean encomendados. El 42 % de sus dirigentes de base son menores de 40 años.
“Si del Quijote, la obra más famosa de la literatura española, su autor, Cervantes, dijo que se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación, de los Comités de Defensa podemos decir que se engendraron en la plaza pública, en medio de la lucha antimperialista, el fragor del combate y el ruido insolente de las bombas contrarrevolucionarias”, expresó Fidel el 28 de septiembre de 1977 en la clausura del Primer Congreso de los CDR.
Desde su fundación hace 56 años por el líder de la Revolución, no ha habido un solo acontecimiento histórico en que los Comités no hayan participado de forma sobresaliente, para demostrar apoyo irrestricto al Partido Comunista de Cuba, a Fidel y a Raúl.
Además de movilizar a toda la sociedad en las tareas de defensa de la nación y las conquistas del socialismo, los CDR tuvieron como objetivos la participación en la Campaña Nacional de Alfabetización y las vacunaciones contra la poliomielitis y otras enfermedades.
A las tareas iniciales de la vigilancia revolucionaria contra los enemigos de este pueblo, se fueron sumando otras de interés popular como la educación, el trabajo voluntario, actividades patrióticas, la recogida de materia prima, la protección del medioambiente y la labor preventiva contra las indisciplinas sociales y conductas inadecuadas, de acuerdo con los principios y los valores propugnados por la Revolución.
En tal sentido, fomentar la solidaridad y el bienestar de la población han sido prioridades de los CDR desde su nacimiento, con énfasis en la unidad del barrio para enfrentar disímiles desafíos. Esta organización no gubernamental se autofinancia mediante la cotización de sus ocho millones de miembros.
En la actualidad su participación es decisiva para erradicar vectores transmisores de enfermedades, limpiar y embellecer barrios, escuelas y locales sociales. Además, brinda atención a la niñez y a los ancianos, y es vital su apoyo a los procesos electorales del Poder Popular, caracterizados por su transparencia, democracia y amplia y consciente participación de los millones de compatriotas con derecho a elegir, y a ser elegidos, para representar al propio pueblo en las instancias de gobierno.
En las movilizaciones populares desarrolladas por el regreso del niño Elián González y por la liberación de los Cinco Héroes prisioneros en cárceles estadounidenses, tuvo un peso fundamental el trabajo de los cederistas.
Asimismo, en estas más de cinco décadas de existencia los Comités han asumido la noble misión de las donaciones voluntarias de sangre, que ascienden a casi medio millón anualmente.
Igualmente, en el sistema de la Defensa Civil, que protege a todo el pueblo ante los diversos eventos naturales, los CDR devienen un elemento imprescindible en la salvaguarda de la población, con gestos solidarios al brindar abrigo a los vecinos más afectados, y con la movilización popular para resarcir rápidamente los daños de esos destructivos fenómenos atmosféricos.
“En los CDR tiene nuestro pueblo un combativo, entusiasta, versátil e insustituible instrumento, en el que se apoyará siempre la Revolución para todas sus tareas”, dijo el compañero Fidel en 1975, al presentar el Informe Central al 1er.
Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Todo este espíritu de resistencia es lo que ha permitido llegar hoy más convencidos y fortalecidos por lo que luchamos, y sobreponernos a los efectos del inhumano bloqueo norteamericano, principal obstáculo para el desarrollo de la economía cubana y el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
La organización cederista ha procurado convertir al barrio en el espacio que une, fortalece y convoca a los revolucionarios y a los vecinos, a seguir construyendo y defendiendo el Socialismo. Por ello jamás renunciaremos a nuestra soberanía, independencia, historia e identidad.
Como parte de la sociedad recibiremos con la hospitalidad propia de nuestro pueblo al Presidente Barack Obama, quien podrá constatar la unidad de la familia cubana, fomentada durante más de medio siglo por los CDR, para continuar siendo útiles a la Revolución.
Secretariado Ejecutivo Nacional
de los CDR
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