¡HONOR Y GLORIA A YULIMAR REYES!

Pocos conocemos sobre la vida de Yulimar Reyes, primera mujer mártir de «El Caracazo» (suceso sangriento social, acaecido el 27 de febrero de 1989, cuando el pueblo se volcó a las calles del Área Metropolitana de Caracas, a protestar contra las medidas neoliberales y criminales del gobierno de aquel entonces, Carlos Andrés Pérez. El país fue hipotecado a los intereses del gobierno de los Estados Unidos, George Bush, padre).

Yulimar Reyes era estudiante de Letras, de la Universidad Central de Venezuela (donde fue líder estudiantil). Fue militante del Partido Bandera Roja (para esa época, era un partido de izquierda y actualmente, es de la oposición). Fue una chica humilde, de un barrio de Caracas (Parroquia Sucre), y a través de la literatura, ejercía una noble labor social en los barrios pobres de ciudad, al llevar la poesía, los cuenta-cuentos y el teatro, a los niños, niñas y jovenes, obsequiándoles libros, para enseñarles a leer y tuvieran interés por la lectura. También fue ecologista y realizaba títeres con materiales reciclados, como crear concientización en la siembra de una matica. Su mayor alegría, era ver el rostro feliz de cada niño o niña, al tener una hermosa pieza con hecha con sus manos, y los enseñaba a elaborarlos. Yulimar sentía en carne propia, la miseria que vivía cada hogar venezolano, en esa época: el drama de las madres que no tenían como alimentar a sus hijos, ni cómo enviarlos a estudiar a una escuela, ni llevarlos a un médico, ni darles un techo digno; al igual, el drama de los padres, sin tener un empleo digno (que fueron explotados sin tener acceso al seguro social, ni mucho menos, una póliza de vida, quedando muchos ellos enfermos y postrados en una cama) viviendo en la extrema pobreza. En carne propia, Yulimar vió lo que era la delincuencia desatada en los barrios y esos chamos que no tenían con qué comer, como ir a una escuela o liceo, caían en lo más bajo de las drogas y de la muerte.

En los sucesos del 27 de febrero, Yulimar salía de la UCV rumbo a Parque Central. En extrañas circunstancias, una bala la alcanzó, matándola en segundos. Fue la primera mártir.

Poco se conoce de Yulimar Reyes. En su honor, en la Parroquia Sucre de Caracas, existe una organización de mujeres, que lleva su nombre, como también, un Centro de Documentación e Información (adscrito al Banco de Desarrollo de la Mujer). El nombre de Yulimar Reyes debe prevalecer y estar vigente en algún poema, en una canción, en un Consejo Comunal, en una Escuela, en un Liceo, en un Urbanismo de la Gran Visión Vivienda Venezuela… y hasta la Escuela de Letras de la UCV (con apoyo de las instancias del Estado), también debe homenajerla con un busto en su honor.

Con la mayor humildad de esta servidora, el día que inaguraron el Centro de Documentación e Información que lleva su nombre, quise rendirle homenaje con este poema:

A Yulimar Reyes
la muerte le sorprendió temprano.
Una bala vil y asesina,
la mató en “El Caracazo”.

Yulimar Reyes llevó en su corazón
a Don Quijote de la Mancha.
Soñaba con una patria próspera y pujante,
y dar su amor por la justicia,
e imaginó el rostro de una infancia feliz.
¡Feliz al tener un hogar
sin faltarle nunca el pan,
como su escuela
y muchos amigos con quien jugar!
¡Hasta soñar lo que iba a ser
cuándo fuesen grandes!

Yulimar Reyes con su alma quijotesca
soñaba también por la liberación de los pueblos,
por un mundo libre de armas y de guerras,
por proteger el ambiente,
cultivar la paz
y la justicia persistente.
Sus grandes acciones se convirtieron en amor
por el más necesitado.
Ella llevaba la alegría y la buena vibra
en el barrio apartado,
compartiendo lecturas y poesías,
obsequiando libros,
cuenta cuentos a cada rato
y elaborando títeres
con materiales reciclados.
¡Transmitías la esperanza y la vida!

Yulimar parecía ser hija de Andrés Eloy Blanco,
de César Rengifo,
de Ida Gramcko,
de Alí Primera,
del Grupo Madera,
del Chino Valera Mora,
de Orlando Araujo,
de Aquiles Nazoa,
de Salvador Garmendia…

El enemigo tan diabólico y atroz
te mato vilmente:
Fueron esos que jugaron con el hambre y la salud del pueblo,
echado al olvido y a la muerte.
Fueron esos que jugaron con el dolor de tantas madres
al buscar sus hijas e hijos desaparecidos.
Fueron esos que se llenaron de lujos y extravagancias,
sin importarles el obrero explotado,
el campesino y el indígena sufrido,
los niños de la calle,
la mujer maltratada,
o el viejito abandonado.

Fueron esos que se aliaron con el diablo
e hicieron de nuestra patria,
la sucursal del infierno
¡Qué traición tan cruel y depravada!

Fueron esos que despreciaron tus sentimientos,
tus nobles luchas,
tu corazón combativo,
tu firmeza hecha justicia,
tu amor por los pobres de la tierra.

En el despertar del nuevo siglo,
vendrán millones de jóvenes como tú Yulimar,
en hacer de la poesía el pan compartido.
De las diarias batallas por la vida,
la alegría incendiaria.
De ese infinito amor y solidario a nuestros semejantes,
la magia de ser feliz.

Te veremos en el rostro de los viejitos,
de los niños,
de las mujeres,
de los estudiantes,
de los trabajadores,
de los cultores,
de los indígenas,
de los campesinos,
de los deportistas,
de los soñadores…

¡Porque también llevan su alma de quijote
y nadie les quitarán la sonrisa de sus labios,
ni la construcción de sus sueños!

¡YULIMAR REYES VIVE!
¡LA LUCHA Y LOS SUEÑOS POR UN MUNDO MEJOR, SIGUEN!

Caracas, 16/08/2016.

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Comentarios
Mario Manque
Siboney Del Carmen Rey
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