A pesar de que el Gobierno prometió recientemente no expulsar a los llamados ‘dreamers’ que sirven en el Ejército, otras categorías de militares inmigrantes denuncian estar en una situación precaria.
Alexis Járquez es veterano del Ejército de Estados Unidos, nacido en México y emigrado con 4 años de edad. Las heridas sufridas en combate no le permiten trabajar. La ley de inmigración y naturalización recoge que los militares que presten servicio durante al menos un año y hayan sido dados de baja con honores pueden ser ciudadanos. Aunque cumple con estos requisitos, aún espera la ciudadanía
«La regla es cuando te metes al servicio, tú puedes poner tu papeleo y expeditan tu papeleo y no pagas», cuenta Alexis y agrega que nunca realizó el trámite porque «no tenía la estabilidad mental».
«Lo que hizo el servicio es que me dijeron ‘tienes trauma psicológico. Te vamos a sacar temporalmente y te vamos a meter’. Entonces no me dieron la ciudadanía, porque yo no metí la aplicación, pero la cosa es que cuando te sales te dan hasta 6 meses y no te cobran. Luego yo metí la ciudadanía tres veces después», explica el veterano.
Alexis asegura que es cuestión de tiempo que se la concedan cuando se resuelvan los malentendidos administrativos, pero remarca que hasta entonces vive con miedo. Si comete un delito, podrían deportarle.
Una agenda para atemorizar a la comunidad
Su caso es ilustrativo de hasta qué punto las políticas de alistamiento han sido un reclamo para este colectivo. Sin embargo, eso está cambiando. El Ejército aprobó en octubre que la entrada al servicio militar no se haga efectiva hasta que se haga una revisión de los antecedentes del candidato, un proceso que puede durar hasta un año. Antes, el procedimiento era prácticamente automático.
Los entrenadores militares con quienes ha hablado RT se quejan de la medida y recuerdan que existe déficit de reclutas. Emilia Bañuelos, abogada experta en inmigración, va más allá. Cree que todo forma parte de una agenda de esta Administración para atemorizar a la comunidad y nos enseña una serie de memorándums del Departamento de Defensa para explicar que la situación podría ampliarse a quienes ya son militares.
«Ahora, por estar en el Ejército de Estados Unidos, puedes aplicar por tu esposa, por tus padres e igualmente por tus hijos. En lo que yo he sabido, quieren eliminar completamente eso», asegura la abogada.
Ser plenamente estadounidense
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, se calcula que más de 100.000 inmigrantes obtuvieron la ciudadanía mediante el servicio militar. Centros de reclutamiento y preparación supusieron una vía para intentar ser o llegar a ser plenamente estadounidense. Ahora ese camino se pone más difícil, e incluso se teme que esa vía pueda llegar a cerrarse.
Según John Mendibel, portavoz y veterano de la American Legion en Arizona, opina: «En estos momentos, en Washington hay mucho partidismo, hay muchas facciones dentro del Partido Republicano y Demócrata» y por ese motivo se está «viendo estos documentos para satisfacer a esas facciones».
«Esta nación es una nación de inmigrantes. Los únicos que estaban aquí antes eran personas como yo, nativos. Todo el mundo es inmigrante aquí, todo el mundo. Entonces, por el hecho de que defiendas a esta nación y seas ilegal, si estás en el servicio significa que deberías ser de los primeros en obtener la ciudadanía. Sin ninguna duda», insiste el veterano.
John no cree que el presidente vaya a perjudicarles. Sin embargo, el representante demócrata por Arizona, Ray Martínez, que le acompaña, recuerda que las promesas al colectivo se diluyen cuando entra el componente migratorio.
«Una de las cosas que está pasando en este país y que se olvida y nadie presta atención es que en los últimos casi 15 años ha habido deportaciones de veteranos. Ellos ahora están viviendo en Tijuana, en Nogales. Hay probablemente más de 15.000 [personas] en esa situación», revela Martínez.
No hay cifras oficiales sobre la cantidad de personas que arriesgaron su vida por un país que posteriormente les acabó deportando. El pasado mes de marzo, legisladores demócratas presentaron al Congreso una ley para solucionar el asunto. Está estancada. Así como las ilusiones de aquellos que esperan conseguir el sueño americano luchando bajo su bandera.
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