Datan unos 10 mil años AC, también tienen su origen en fenómenos astronómicos o ciclos de la naturaleza y, aunque no le gusta mucho a las iglesias, se les atribuye origen religioso
Se dice que entre los pueblos de la antigüedad los que más celebraban era los egipcios, quienes a todo le ponían ambiente y honraban con una fiesta desde la más humilde planta hasta al más poderoso de los dioses. Se trataba de verdaderos jolgorios.
Pues bien, el Carnaval es una de las más viejas celebraciones de la humanidad.
Las primeras, las de Egipto, homenajeaban a Isis, Osiris o al Toro Apis. Por su parte, los griegos tenían especial gusto por las Lupernais y Saturnais; que realizaban a todo trapo en honor de la llegada de la primavera.
Las de Carnaval, que datan unos 10 mil años AC, también tienen su origen en fenómenos astronómicos o ciclos de la naturaleza y, aunque no le gusta mucho a las iglesias, se les atribuye origen religioso.
Los cronistas e historiadores aseguran que por aquellos tiempos hombres, mujeres y niños se enmascaraban, pintaban sus cuerpos y se disponían a bailar por varios días para espantar los demonios y la mala cosecha.
En el Medioevo cobra su mayor auge y se caracteriza por ser un tiempo de permisividad en el que convergen la fiesta, el ruido y la crítica social. Los vestidos, máscaras y atuendos de gran creatividad caracterizan figuras de la época, ridiculizan a gobernantes, nobles y el clero.
El origen religioso lo da el hecho de que por mucho tiempo fue el último día para comer carne antes de entrar en el período de penitencia y conversión, lo que se conoce como Cuaresma. Hay quien dice que se trataba del tiempo del final del invierno y, en consecuencia, los alimentos propios de la época debían consumirse a la mayor brevedad posible para evitar su descomposición.
Pero de igual manera era la prohibición de comer carne.
“Quitar la carne” se decía o carne lavare expresión latina que identifica la entrada del tiempo de cuaresma. Es el último día permitido para el consumo de grasas o carne.
Entonces se iniciaba el desenfreno. Las comilonas, las fiestas, la música y los desfiles eran interminables. El bullicio y la diversión estaban servidos y todo dispuesto para que desfilaran personajes de todo tipo luciendo las mejores galas y máscaras.
La fastuosidad daba paso, también, al desplome de toda norma social. Todo antes de los días de purificación, de penitencia que culminaban con la Pascua.
Esta festividad pagana probablemente tiene sus raíces en las saturnales (fiestas romanas en Templo de Saturno) en el Foro Romano y en las orgías en honor a Baco (Dios del vino). Todo ello en relación con el final de la siembra de invierno y el inicio de la primavera; en lo cual coinciden muchos investigadores que de igual forma sostienen que la celebración de más entusiasmo por estos días es en países de tradición cristiana.
LLEGARON CON LOS NAVEGANTES
En América el Carnaval llegó con los navegantes portugueses y españoles que también hicieron lo suyo en muchos de los países de Europa a donde llevaron el descontrol y la permisividad de las fiestas más antiguas que se conozcan en la historia de la humanidad. Por estos lados también se caracterizaron por su frenesí, pasión y colorido y, por supuesto, antes del ayuno pascual la rumba y la liviandad se apoderaron de todos.
Esas fiestas llegaron por aquí en el siglo XV y se quedaron de tal manera que es por estas tierra en Brasil, más concretamente en Rio de Janeiro, donde se celebran los más grandes carnavales del mundo. No podía ser de otra manera. Nuestro continente multicultural da un especial tono a las llamadas carnestolendas o fiestas del Dios Momo y son hermosas demostraciones de fastuosidad que mezclan lo indígena, lo negro y lo europeo pero que, como desde la antigüedad, son una verdadera parranda.
Tiene el carnaval sus aspectos simbólicos como las comparsas, el papelillo, los caramelos, los hermosos carruajes, las máscaras o caretas; todo lo cual lo llena de fantasía, belleza, fastuosidad, creatividad y de cierto relajamiento que aún lo caracteriza. Pero de lo que no hay duda es de que es una fiesta universal que todos disfrutan, desde los más ancianos hasta los más pequeños.
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